18 sept 2009

La suerte en el juego




 Como se puede apreciar  desde su introducción en el mundo de las apuestas el jugador empieza a tener errores de apreciación –cognitivos-;  lo paradójico del asunto es que jugadores que llevan años en esa actividad continúan manteniendo las llamadas falacias del juego a pesar de su experiencia. La primera falacia ya se explicó y consiste en magnificar ganancias y minimizar pérdidas; asimismo se mencionó la tendencia a confundir los buenos resultados con habilidad para jugar o con “suerte en el juego”.
Alrededor del tema de la suerte se podría hablar bastante; porque en México la gente tiende a creer mucho en ella. Por suerte; se entiende la creencia de que los sucesos afortunados y desafortunados se organizan de alguna forma más allá de las apariencias observables. Entonces tener “buena o mala” suerte es una condición con la que nace la persona; en el caso de los apostadores éstos consideran que tienen el don de la “buena suerte” que les permite desafiar las reglas del azar y ganar dinero.
Si es que el jugador no nace con “buena estrella” o su estrella merma; hay maneras de conseguirla mediante amuletos o cábalas. Los primeros son objetos a los que se le atribuye el poder de atraer cosas buenas y desterrar las malas; las segundas son conductas que se ejecutan con el propósito de imponerle al azar condiciones; cruzar los dedos, tocar madera, levantarse con el pie derecho. Aparte de las cábalas mencionadas que pertenecen a las creencias populares, hay infinidad de “conductas supersticiosas” que se van agregando al repertorio particular del jugador.
Una parte de ellas proviene  del error de lógica de relacionar dos eventos independientes entre sí, pero que en algún momento parecen ocurrir al mismo tiempo o ser secuenciales. Ej. Cuando me pongo la camisa azul, ganó en el juego.
Cierto tipo de personalidad tiende a crear rituales de juego muy elaborados porque la ilusión de poder  controlar la situación disminuye el nivel de ansiedad que se genera en las apuestas.

Cuando su suerte en el juego baja María acude a que le hagan una limpia, es decir un ritual para despejarla de malas influencias. Tiene una persona de confianza que practica la “magia blanca” y que a su juicio es muy bueno en lo que hace. Tanto que ha empezado a recomendarla  con sus amigas que asisten al Bingo.

Esto se ha estudiado bajo la denominación científica de "ilusión de control", o "percepción de ilusión de control". En otras palabras el individuo en situaciones de juego hará uso de habilidades, destrezas, o estrategias que le permitan ganar, lo que en realidad es una falacia.
 El problema principal de este error de apreciación es que se tienden a sobrevalorar las posibilidades reales de obtener un buen resultado, y a continuar jugando, incluso a pesar de resultados adversos porque se confía en  los “golpes de suerte” para descontar las pérdidas y sumar ganancias.
Por ejemplo en las loterías todos los números tienen la misma probabilidad de salir; y el escoger un número determinado no las incrementa. Sin embargo cualquier administrador de sorteos o encargado de Bingo sabe que los números 7 y 9 son los más buscados por los jugadores.
De tiempo en tiempo se oyen historias de alguien que gana el premio mayor de algún sorteo y declara haber soñado el número; o haber escogido la fecha de nacimiento de sus hijos, o alguna otra cifra importante en su vida. La explicación lógica es que en todo sorteo hay un ganador y que la mayoría de la gente tiende a buscar números significativos.
En el  caso de los juegos de cartas;  la ilusión de control está en saber leer las caras o movimientos de los apostadores para interpretar sus juegos y en el cálculo de probabilidades. Y aunque esto puede tener una base real,  el jugador tiende a sobreestimar sus habilidades.
Las máquinas tragamonedas es un formato de juego donde el jugador compulsivo manifiesta más  errores cognitivos; los apostadores se ponen a observar a la gente que se sentó previo a ellos  en la máquina que eligen para saber si está a punto de salir un premio; se analizan los resultados buscando una pauta;  se trata de manipular los controles, se piensa que las máquinas se “calientan” después de jugarse varias horas y que como están “cargadas” tienen que expulsar monedas como si se tratara de un embarazo que llega a su término.
Mirar a los jugadores sentados frente a una máquina tragamonedas es un ejercicio fascinante; algunos les hablan o las acarician como si se tratara de otra persona; incitándolas, seduciéndolas para que arrojen un premio. Cuando se le pide a los apostadores en tratamiento  que verbalicen sus pensamientos al momento de jugar en ellas como parte de un tratamiento; hasta el 75 por ciento de lo que dicen tiene contenido irracional.

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